domingo, 28 de febrero de 2010

Capitulo 5

Pyroh esta solo en lo que parece ser nada, todo esta oscuro, no existe nada a su alrrededor, simplemente esta tendido sobre la osuridad, inmovil, trata de moverse pero no puede, solo puede mover los ojos lo demas no responde, dentro d eesa oscurida puede reconocer sombras, son sombras, si realmente se mueven alrededor de el, comienza a escuchar voces, 2 voces, las cuales pelean, el esta sintiendo dos presencias, escuchar que le susurran al oido, le dicen, que no es sucifiente, le dicen que aun no morira, Pyroh simplemente eres un dios que juega a ser hormiga, despierta, dentro de las sombras se distingue una faz, una conocida faz, Pyroh se esfuerza por ahondar su vision, lo consigue, pero se asombra al verse, con una aparienza distinta, una en completa locura, un ser igual a el excepto porque el tiene barva, tiene una sonrrisa tenebrosa, sujetando en una mano un craneo en llamas azules, lo ojos perdidos, y con una nathzim que parece ser una nathzim forjada decorada con restos humanos, el cual, le suelta una sorrisa, como el acostumbra hacerlo en sus momentos de mas pura exitacion, Pyroh esta consternado, es la locura que habita en su ser, es la fuente de su energia, el la fuente de su inconciencia. La otra parte de Pyroh, le coge la cabeza y le dice, despierta.... ES HORA.
Pyroh ha despertado aun esta sangrando, pero lo que vio parece ser suficiente para atormentar a cualquiera. lo que h a visto no penso hacerlo jamas esta consternado, se ha visto a si mismo en una forma la cual niskiera habia imaginado, es un Pyroh absolutamente nuevo para el, esta confundido, pero aun no se ha dado cuenta que cuando estaba en su subconciente habia otra presencia, la cual no ha podido ver, pero lo ha olvidado, solamente recuerda aquella sadica cara llena de ira, de locura, de incomensuralidad.
Hecha a andar, a pesar que su cuerpo esta mal herido, esta confundido, esta transtornado, esta volviendose en una locura total. sera difcil de olvidar lo que vio pero, aunque esto sea dificl para el su orgullo sigue reducido a añicos.

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